
Salón de Té del Teatro Campoamor / 140 aniversario de "La Regenta" (22 de febrero 2025)
Soy Ester Sánchez Vallina, ilustradora y editora asturiana.
Licenciada en Geografía e Historia y Técnico Superior en Ilustración, combino la creación artística con la gestión cultural y editorial desde hace más de dos décadas.
Fundé la Pintar-Pintar en el año 2000 (primero como taller de expresión plástica y a partir de 2005 editorial), especializada en álbumes ilustrados y proyectos de fomento de la lectura. Desde entonces, he desarrollado una intensa labor como ilustradora, diseñadora y directora de arte en el ámbito del libro infantil y juvenil, colaborando con autores, editoriales, museos y centros culturales.
He recibido varios premios nacionales por el diseño y edición de libros ilustrados, y he participado en proyectos educativos para el Centro Niemeyer y el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Este es un espacio donde recojo parte de mi trabajo: ilustración, diseño, dirección de arte y publicaciones.
Sobre mi estilo y forma de ilustrar
Mi trabajo como ilustradora nace del deseo de traducir emociones e ideas abstractas en imágenes poéticas y sensibles. Busco que cada ilustración no solo se vea, sino que se sienta.
Como ilustradora, a lo largo de los años he descubierto que lo que más me interesa y define no es solo un estilo gráfico concreto, sino una forma de mirar. Mi trabajo está profundamente vinculado a la emoción, la metáfora y la poesía visual. No me mueve tanto representar escenas literales como traducir en imágenes lo que no siempre se ve, pero se siente.
Me gusta trabajar desde lo simbólico, desde lo abstracto, desde lo que habita entre líneas. A menudo mis ilustraciones surgen como una respuesta emocional a un texto, una idea o una palabra. Utilizo formas sencillas, trazos expresivos y paletas cromáticas cargadas de intención para crear imágenes que dialoguen con quien las observa.
Hay constantes que aparecen una y otra vez en mis ilustraciones: la sugerencia más que la evidencia; la búsqueda de la belleza desde la contención; el uso del color como emoción más que como decoración. Me interesa el espacio en blanco, el ritmo visual, la atmósfera que se respira en cada página.
Me siento especialmente cómoda ilustrando ideas complejas o conceptos abstractos, como el tiempo, la memoria, la imaginación, la infancia, el aprendizaje o el amor. Mi trabajo se mueve entre lo íntimo y lo universal, entre lo poético y lo visual, con la voluntad de acompañar, emocionar y hacer pensar.
Mi estilo puede variar en técnica o tono, pero creo que hay una voz común que lo sostiene: una mirada sensible, una narrativa silenciosa y una intención clara de construir imágenes que no solo se vean, sino que se sientan.